28 may 2015

Terremoto, la falla de San Andrés: Más desastres naturales flojos de trama

* *    REGULAR

Llega un nuevo tanque cinematográfico sobre desastres naturales y esta vez nos trae como protagonistas al ascendente Dwayne "The Rock" Johnson y a la falla de San Andrés en la costa oeste de California.

Lamentablemente esta nueva propuesta de desastres naturales cae en los mismos lugares comunes que la mayoría de estos films, aunque por suerte no se toma tan en serio como la han hecho "2012", "El día después de mañana" o "Armageddon".
En primer lugar tenemos a la familia de nuestro protagonista, compuesta por su ex mujer Emma (Carla Gugino) y una de sus hijas, Blake (Alexandra Daddario). La otra hija lamentablemente murió en un accidente de rafting y ese acontecimiento fue causa de la separación con Emma.
Esta cuestión me da la sensación de que se podría haber explorado un poco más, no desde el morbo de repasar como murió la hija, sino desde cómo esto moldeó el carácter de nuestro héroe. Se quedaron a mitad de camino. Las consecuencias de la muerte de una de sus hijas sólo se percibe en algún que otro recuerdo distribuido a lo largo del metraje y en algunas caras de Ray (Dwayne Johnson). Esta situación está concebida para que el público empatice más rápido con el protagonista y no por una razón interesante o que enriquezca la trama.
Luego tenemos cosas ridículas a lo Michael Bay, como por ejemplo a Emma sorteando las grietas del terremoto más fuerte del mundo en tacones de 10 cm, un helicóptero que vuela por debajo de edificios colapsando y coincidencias inverosímiles (cuando ambos padres están buscando a su hija la encuentran por casualidad en un edificio) para una gran ciudad como San Francisco.
Otra cuestión que me pareció pobre y que no aportó casi nada fue el rol que le dieron al pobre de Ioan Gruffudd ("Los 4 Fantásticos", "Forever") que no la viene pasando bien profesionalmente. Lo hicieron figurar como un villano de manual básico, forzado y sin ningún tipo de contribución a la historia. Si no hubiera estado era prácticamente lo mismo.
Por el lado técnico, sí, los efectos especiales están bien elaborados y son espectaculares, aunque como suele pasar con este tipo de film, por momentos resultan demasiado exagerados al punto de que pierden fuerza y credibilidad. La destrucción es tal que termina siendo algo normal dentro del contexto y esto significa que el impacto acaba desvaneciéndose.
Un entretenimiento menor, con mucha pirotecnia visual pero poco corazón puesto en la trama. Lo bueno es que no se da aires de apocalipsis dramático como otros exponentes del género y es consciente de su esencia pochoclera. Sólo para fanáticos de los desastres naturales cinematográficos.



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