19 mar 2015

La Cenicienta: Calcar no siempre funciona

* *    REGULAR

Lamentablemente no comparto el entusiasmo de varios colegas por esta adaptación en acción real que realizó Disney de uno de sus clásicos más famosos, "L Cenicienta", de la mano del director Kenneth Branagh.

Para comenzar, no noté grandes esfuerzos por otorgarle personalidad propia a la película. Tanto Branagh como el guionista Chris Weitz se limitaron a dar vida al relato tal cual lo conocíamos, con elementos de narración y un tono desajustados para estos tiempos actuales. "Maléfica", con todos sus defectos, al menos trataba de ofrecer algo nuevo, original. Con esta nueva Cenicienta sentí que todo fue un revival pero de menor calidad a la película animada de 1950. Tiene algún que otro elemento nuevo, pero son demasiado sutiles.

Elegiría mil veces disfrutar de la versión cincuentosa de dibujos animados y no volver a bostezar como loco con esta versión nueva. Aquella producción era un relato más mágico, con más humor, con dinamismo y calidez. La parte más discutible si se quiere tenía que ver con la visión un poco machista pero normal para la época. Así y todo, Cenicienta era una heroína. En esta nueva adaptación todo sucede de manera más artificial, más forzado, y a pesar de su contante esfuerzo por emular aquella versión clásica de los cincuentas, no logra el mismo efecto. 
Los personajes están tan caricaturizados que bordan la ridiculez, como es el caso de las hermanastras, el ayudante lagartija y hasta la mismísima hada madrina. En lugar de darle realismo a los personajes y caricaturizar a los animales del relato, por ejemplo, buscaron el proceso inverso. Los ratoncitos, con los que se podía jugar más en la parte de animación, terminan siendo aburridos, demasiado "reales" y casi de relleno para la trama.
Otras cuestiones que resultaron muy empalagosas fueron los tonos pasteles impregnados en toda la estética del film y el vestuario exagerado de dudoso gusto. No entiendo la gente que habla del vestuario de esta película de manera positiva. Es como alabar el vestuario de Julia Roberts en "Mirror, Mirror".
Gana algunos puntos por la historia en sí, pero esto es mérito del gran Charles Perrault y los guionistas de Disney de antaño. Los actores tampoco están mal, sobretodo Cate Blanchett y la protagonista Lily James. Hay también algunas escenas muy bien logradas como por ejemplo el gran baile de gala organizado por el príncipe en donde se nota la mano detallista de Branagh, pero en general esta adaptación deja un gusto desabrido y sensación de empacho visual. No diría que es de lo mejorcito en adaptaciones de dibujos animados clásicos a acción real.



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